Avanza el verano y con él las ganas de disfrutar, siempre intactas, que nos animan a salir y compartir días de sol y sal. La playa sigue siendo nuestra mejor aliada contra el calor estival. Chapuzones y paseos se dan la mano, casi a diario.
Tampoco faltan las excursiones al campo, bajo la sombra de los árboles como cobijo natural frente a la canícula sofocante. Sendas y rutas por descubrir, riachuelos cantarines que cruzar y una mano amiga siempre cerca, presta al rescate. Porque la generosidad y la colaboración con quienes nos necesitan espera aparcada en cualquier recoveco del camino.
A veces, también aprovechamos para degustar una sabrosa parrillada y reponer fuerzas ( y algo de grasa). En esta ocasión el Pinar de Salinas fue el escenario elegido para tan grata representación.
Y si lo que buscamos es un descanso reparador, nada como una escalinata trepadora para otear el futuro como un horizonte de esperanza, o ese banco, ahora vacío, que aguarda impaciente tu llegada para convertirse en el cómplice de tus mejores deseos.
Nos ameniza la espera y acompaña en momentos de paz y armonía e incluso, en ocasiones, puede llegar a ser el rincón más creativo al que acudir cuando llega la inspiración.
Campo, playa o ciudad, lo de menos es el lugar, lo que realmente cuenta es con quien lo vivimos. ¡Feliz verano!. 😊
Eso sí que son vacaciones,de las de verdad!!!
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