Sigue viajando nuestro teatro al encuentro de aplausos sanadores y luces de igualdad.
Sigue llegando al corazón la mirada de esa niña cuando exclama un "¡asombroso!", al terminar la función. De un, "¡gracias por vuestro esfuerzo!" o de un "¡me gustó mucho y quiero que volváis!".
Sigue emocionando el recuerdo de tantas personas que formaron parte de este proyecto. Ellas, me van a permitir que hoy mi aplauso infinito sea para ti, David, que aprendiste a acariciar la luna de puntillas, siempre amable y discreto tras tu sonrisa tímida.
Cada día es mas guapo los escritos y lo que colgais en el blog.Os admiro y os quiero mucho.lo que haceis es precioso hace feliz a la gente y yo os 👏👏
ResponderEliminarUn abrazo y un achuchón!!
ResponderEliminarEsta obra me gusta mucho hacer compañero que quiero mucho
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